Sed bienvenidos a este pequeño pueblo literario pensado para compartir el amor por las letras y, sin ningún tipo de pretensión, hacer de él un canal abierto de comunicación entre personas con gustos afines, en el que poder intercambiar esas inquietudes que nos llevan a escribir. ¡Gracias por llegar hasta aquí!

MIS AMIGOS

jueves, 22 de mayo de 2014

RECUERDO

Recita mi poema: Jorge del Nozal.
Podéis escuchar a diario, en radio Aguilar, su magnífica voz recitando poemas.







Es complicado
esconder en el sótano
la niebla que me ahoga,
difuminar tu rostro hasta que no seas tú,
apagar la luz del entendimiento
para que no reconozca
tu imagen en la penumbra.




Qué complicado es
que la historia acabe,
que no me asaltes
en las aristas de la noche
robándome el sueño.
Me narras muchos principios,
pero ningún final.




Qué complicado entonces,
cuando, quizá, quiero
alimentarme de ti,
despedazar en jirones
la angustia soterrada
bajo el peso
de la memoria.




Así, es imposible
escribir la última página
y colocar el libro
de tu vida
entre los leídos.




Belén R.

María, del blog http://congorritoydelantal.blogspot.com.es/
me ha regalado este precioso premio que es vuestro si os apetece llevaroslo.



Para quienes no la conocéis y os gusta la cocina, no dejéis de visitarla porque os va a enganchar con sus deliciosas y sencillas recetas.
Gracias María!.

lunes, 5 de mayo de 2014

CADA MAÑANA



El reloj, se despierta antes del amanecer.
Me resulta muy difícil enfocar las pupilas
cuando el sol está en el tercer sueño.
Me deshago del abrazo de las sábanas
y comienzo el ritual:




Entro en mi santuario,
una cálida lluvia, me espera contenida.
Suelto las riendas,
dejo que me acaricie.




En las cuencas de mis manos
caben aromas de romero,
me envuelvo en ellos,
renacen mis sentidos y yo también.





Limpia, perfumada y despierta,
ciño a mi cuerpo la felpa suave
que bebe la humedad de mi piel.




Un paso más allá un reflejo nebuloso,
insolente, no aparta la mirada.
Recorro su contorno, la niebla se disipa
y me enfrento a una imagen de tez rosada,
finos surcos enmarcan sus ojos.

Huellas mudas 
de etapas vividas que me suenan.




Una colección de frascos de colores
reclaman ser usados:
elijo uno, embadurno mi rostro,
y rezo para que sea verdad lo que prometen
sus pequeñas letras.




Luego otro:
una cobertura que oculta mi piel
bajo tonos de sol.




Después, decoro mi mirada a juego con el iris
y mis pestañas, casi invisibles,
reaparecen al vestirles de color.




Mis labios, saludan entreabiertos
al rojo carmesí que les dibuja.
Miro el reflejo antes desconocido y sonrío:
¡Buenos días!.





Belén R.