El horizonte que arropa al sol,
con manto púrpura,
late al compás de mi pecho.
Se rompe la luz.
La noche corre tras de mí
desbocada.
Huyo.
Los ojos siegan el aire
en la huida.
No temo a la noche,
sí a los fantasmas
que la acompañan:
caricias cristalizadas
en la punta de los dedos,
versos que escaparon
sin que los compusiera,
albas que no estrené
porque me ganó el sueño.
Tras de mí, otra noche.
No hay salida.
Abro los brazos,
dejo que me posea.
Belén R.
Me tomo un verano sabático después de unos meses realmente frenéticos.
En ésta época toca acometer las tareas que siempre se dejan relegadas para el buen tiempo y, por suerte, también llegan las vacaciones.
Gracias a todos los que habéis pasado por este pequeño pueblo, gracias por dejarme formar parte de vuestra vida.
Os dejo mi cariño y os deseo un feliz verano o invierno, según lo que os toque vivir a cada uno.
¡Hasta pronto!.