DESGRANANDO VERSOS
Abrió el cuaderno que utilizaba para escribir
“en sucio”, por la primera hoja en blanco, eligió un Bic azul a estrenar,
encendió el ordenador y se concentró mirando las evoluciones de la pantalla.
Iba
a escribir un relato y no sabía por dónde empezar…
Buscando
la inspiración, que no llegaba, se puso a hojear un libro de poemas que le
había prestado una amiga, Ya no es tarde de
Benjamín Prado, un autor desconocido
para ella.
Comenzó a leer el primer poema titulado Cuestión de principios y su mente se llenó de sus versos:
" Un poema que escuche a quién lo lee…
Un poema que sea incorregible…
Un poema que ponga en peligro la poesía…"
Con avidez su mirada fue
desgranando páginas hasta que un título llamó su atención: María y el fantasma.
"Existen ciertas noches en las que Ángel González
olvida que está muerto…
Si le hablo de mí, dice que no me fíe
-Pregúntale a los otros, para saber quién eres…
Te aseguro que hay noches en las que Ángel González
se sienta a mi lado para hablarme de ti…"
Al empaparse con aquel necesitó conocer el mensaje de otro y de otro más y luego de otro…así llegó a leer uno titulado Libro de familia en el que se dirigía así a uno de sus libros:
"hoy que tu y yo no somos todavía nosotros
te contaré mi historia de principio a fin…
hablo cualquier idioma, me llamaban Machado o
Sylvia Plath...
crucé América con Neruda, vine a España con Hemingway en la
guerra civil…
Viajé del Mississippi a Ítaca, la isla del tesoro,
la
esfinge de Gizeh…
Esa ha sido mi familia, como tú vas a serlo de todos
los que
lean
y no olviden los poemas que ahora escribo para ti…"
Sin poder evitarlo continuó leyendo esos
sencillos y a la vez majestuosos versos que, usando unas palabras tan claras,
eran capaces de expresar tanto. Mientras se embarcaba en estos pensamientos, se
encontró con el poema Poesía social que
se refería a algunos poemas en estos términos:
"Leerlos fue soñar con un idioma sin la palabra usura…
Cuando oían que nada es verdad para siempre
contestaban que era posible un mundo con respuestas más [allá
del pasado…
que no te extrañe verte dentro de este poema
el amor se parece a las otras libertades…"
Con
cada poema la lectura le resultaba más adictiva. El libro entero era, sin duda,
una deliciosa colección de sentimientos que lograban la empatía del lector al
no podían dejar indiferente a nadie… al menos ella se sentía atraída hasta por
los títulos, como el que se titulaba Tu
nombre quemará mis labios para siempre, un peculiar poema a la ciudad de
Jerusalén que se transforma en un poema de amor…
"Cuando África amanezca
cubierta por la nieve
y en los cuadros de
Goya luzca el sol.
El día en que las
águilas se vuelen de los dólares,
y Pompeya
despierte de su sueño a la sombra del
volcán,
entonces, solo
entonces, dejaré de quererte…"
Al
acabar de leer los poemas, descubrió que
el juego con las palabras es un ejercicio infinito, que cada una tiene su papel
único e irrepetible acomodada en un contexto determinado y que su valor crece a
medida que crece el sentido y el sentimiento del texto .
"Para ti que conviertes
cada palabra en una cicatriz,
cada recuerdo en una
barricada
para ti se inventaron la
soberbia y la ira
yo que viví en tu mundo
de horas irrevocables"
Cuando quiso retomar su intención de escribir un
relato, se dio cuenta de que algunos días una no tiene nada que contar...
Belén Rodríguez